No funciona

¿Sabéis qué pienso, últimamente? que al contrario de lo que se supone (que somos la especie más evolucionada porque nos comunicamos mediante la palabra, porque sabemos hacer fuego, o ruedas, por... por tantas cosas), somos el farolillo rojo de entre todas las especies.

Menudo dolor de estómago, si en lugar de estar en el último escalafón camino de la perfección, resulta que los humanos estamos solamente en el inicio del recorrido; si la perfección no se alcanza en el paso de hormiga a Hombre, si avanzar es reencarnarse... en hormiga.

Oops.

Menciono a las hormigas porque estos días he cohabitado (forzosamente, la verdad) con no pocas de ellas: laboriosas, cumplidoras del deber naturalmente asignado, ellas a lo suyo y al mundo me lo pongo por montera.

Los humanos, mientras tanto, con nuestro ego a cuestas desde que nacemos, incapaces de sacarnos de encima el peso de su existencia. La insoportable levedad del ser sería, igual, su insoportable pesadez.

Hemos organizado un sistema de vida que se supone nos debe hacer progresivamente mejores y más felices, pero... ¿es así realmente? no, es obvio que no. Sí, vale, nos hacen felices las pequeñas cosas. ¡Suerte tenemos de las pequeñas cosas! Pero vivimos en un estado de supuesta felicidad (cuando no de infelicidad directamente), insatisfechos por no tener cuanto creemos que necesitamos.

Somos un #fail. Nuestro universo humanoide es un #fail absoluto.

¿Pero cómo puede ser? ¿no se supone que los humanos somos los evolucionados, quienes una vez descubrimos cómo hacer fuego y la utilidad de la rueda, nos erigimos por derecho propio en los reyes del mambo? ¿acaso sabe una hormiga hacer fuego? ¿o entiende un elefante que la rueda es el mejor medio para trasladar(se)?

Ah, claro, eso les convierte en inferiores y a nosotros en los listos de la película.

Aha.

Por eso llevamos siglos matándonos (curioso, los "inferiores" no juegan a destruirse gratuítamente entre ellos), por eso llevamos siglos conviviendo con el hambre (de los otros), por eso entramos en el futurístico XXI con desahucios, con espías que controlan cuanto decimos y casi cuanto pensamos, con amenazas por un quítame de ahí ese Peñón, con banqueros ladrones que roban impunemente a laboriosos ahorradores, con Putins que dan carta de naturaleza a quienes amenazan, cuando no exterminan, a quienes a algunos no gustan, con...

El sistema, este cosmos que entre todos hemos convertido en nuestro espacio vital (aunque yo personalmente no recuerdo haber podido siquiera opinar) , es en realidad el campo de batalla donde nuestros egos juegan la partida.

...

Me pregunto si existen egos grandes y egos pequeños. No lo sé, pero intuyo que no; más bien diría que nuestros egos humanos se desarrollan con más o menos fuerza en función de las posibilidades que tenemos de desarrollarlos, no sé si me explico:

el sistema lo dirigen "ellos", los Obamas, Putins, Mugabes, Rajoys, Mas, Hollandes, Merkels y todos quienes, en el marco de la llamada democracia_que_entre_todos_nos_hemos_dado, tienen la posibilidad de jugar con sus congéneres como si jugaran al ajedrez: alfil amenaza a caballo, caballo atosiga a torre... torre liquida a dama. Qué bueno soy moviendo mis piezas.

Somos sus piezas.

El sistema ha creado entidades etéreas para diluir la batalla de egos: "España" va mal, "los alemanes" ponen dinero de su bolsillo para salvar a los vagos sureños, "los americanos" son los más mejores del mundo mundial y "los chinos" los más malos, si dejamos a los "norcoreanos" a un lado.

Y mientras tanto, mientras el sistema vive sus guerras, sus amenazas, sus espías y todas sus cosas, nosotros, las hormigas que sobre el tablero de ajedrez intentamos quedar a un lado de amenazas, atosigamientos y liquidaciones, en masa seguimos el juego a quienes nos aplastan con el peso de su ego.

Y los evolucionados no son las hormigas y los elefantes, sino nosotros, claro, claro...

Continuará.

8 comentaris:

Sergi ha dit...

No vas desencaminat, els artròpodes són el grup d'animals més nombrós, i hi ha espècies vivint en gairebé tots els ambients. Ja no parlem de bacteris i altres microorganismes. Nosaltres hem evolucionat com una manera més complexa d'emmagatzemar el DNA, però el preu que paguem per tenir consciència és molt alt, tu mateix l'expliques. Podríem tenir consciència per fer el bé pels nostres companys d'espècie, i ja de pas per les altres espècies i el planeta. Però no, en descobrir-se les nostres capacitats, des de sempre hem funcionat pel propi benefici, i així ens va. Qui sap, potser hi ha un altre pas evolutiu en camí, a mi em sembla que aquest fet va a pitjor...

Francesc Puigcarbó ha dit...

de fet, els homínids no som més que un error dins la naturalesa, l'ùnic error.

Carme Rosanas ha dit...

Potser si tornéssim a començar.

Tots reencarnats en formigues, apa!!!

I que l'evolució anés fent feina de nou, si pot ser més ben feta.
Aconseguir que no siguem un error, seria demanar massa...

Xavi ha dit...

Tema important. Un llibre en relaciô a aques tema que tinc previst llegir aquests dies: collapse de Jared Diamond

rits ha dit...

M'encanta, som un #fail. Caram!!!

Avui, he vist un tuit de Democracia Real Ya que enllaçava un article on es denuncia que el deute públic ha estat el gran motiu colonitzador.... y em semblava molt interessant (encara no l'he llegit, xò...)

I dp d'això, què?

Elfreelang ha dit...

no no som el més llestos ni res...les formigues no tenen bancs ni deutes ni hipoteques

Relatus ha dit...

Com sempre, l'important es tenir i no ser. I així ens va.

Assumpta ha dit...

Et diré un secret... Les formigues sí que saben fer foc i els elefants són uns artistes fent rodes. El que passa és que no volen...

Tenen por d'arribar a ser com en Barcenas!!